Tu Salud es nuestra misión

Probablemente no recuerdes cuando fue la última vez que te vacunaron, pero si planeas embarazarte es tiempo de que obtengas esta información  Hay enfermedades infecciosas que se pueden prevenir, como la rubéola,  que puede ser grave para ti y para tu hijo si las padeces cuando estás embarazada.

Tu historial de salud e inmunizaciones

El médico  pediatra que te atendió de pequeña, o tu cartilla nacional de vacunación que tal vez la tengan tus padres, tiene toda la información  sobre las inmunizaciones que has recibido.

Esta información la deberá tener tu obstetra para saber cuáles vacunas se te tendrán o no que aplicar antes de que concibas a tu bebé, así como qué enfermedades  propias de la infancia has padecido, como la varicela que, en la mayoría de los casos, te garantiza inmunidad durante la etapa adulta.

Pero si, por ejemplo, de pequeña no has padecido rubéola, varicela, sarampión o paperas y te piensas embarazar, corres un  riesgo muy alto de sufrir severas complicaciones si contraes alguna de estas enfermedades durante el embarazo, tu médico probablemente te recomendará que te vacunes  y pospongas  la concepción  un mes  o más, después de haber sido inmunizada.

¿Cómo funcionan las vacunas?

Los organismos minúsculos que invaden el cuerpo causan infecciones que pueden hacer que te enfermes. Cuando adquieres una infección, tu cuerpo entra a combatir estos organismos y crea una defensa especial (anticuerpos) contra ellos. En muchos casos, una vez que tu cuerpo ha creado esta defensa, ya eres inmune a ese tipo de infección y no se va a repetir en el futuro.

Las vacunas usualmente contienen una pequeña cantidad del organismo que causa la infección. En general, la vacuna contiene la cantidad necesaria del organismo para ayudar a tu cuerpo a defenderse de la infección, pero no contiene lo suficiente como para que se enferme. De este modo, las vacunas permiten que formes inmunidad a una infección sin haber tenido la enfermedad primero.

Existen tres tipos principales de vacunas:

Generalmente, las vacunas con virus activos no son recomendadas para las mujeres embarazadas.

¿Cuándo se debe considerar la aplicación de una vacuna?

El mejor momento para hablar sobre las vacunas es durante la visita al médico antes del embarazo. Algunas infecciones pueden ser dañinas para tu bebé si llegaras a contagiarte durante el embarazo, pero, en algunos casos, la vacuna que evita la infección, también puede ser peligrosa.

¿Cuáles son las vacunas que se recomienda aplicar antes del embarazo?

Estas son algunas vacunas que se recomiendan antes del embarazo:

Aunque el esquema de las vacunas contra hepatitis A y B tenga alguna variación, generalmente la mujer queda bien inmunizada. El refuerzo de triple viral es único, así como el de la triple bacteriana DPT.

Se recomienda aplicarlas tres meses antes del embarazo. Si no te la aplican y durante el embarazo te haces alguna herida, te pueden aplicar la vacuna de tétanos y difteria con seguridad.

Si tienes 26 años o menos, es probable que tu médico te recomiende que recibas la vacuna contra el virus HPV (también llamada Gardasil). HPV se refiere al virus de papiloma humano. HPV es la infección de transmisión sexual muy común. Puede causar verrugas genitales, cáncer del cuello uterino y otros tipos de cáncer. Más de la mitad de los hombres y las mujeres activas sexualmente se infectan con el HPV en algún momento en sus vidas.

¿Se puede averiguar qué vacunas nos pusieron en la infancia?

Mediante un análisis de sangre se puede averiguar si la mujer está inmunizada contra diferentes enfermedades infecciosas.

La ausencia de defensas o anticuerpos, indica que la mujer no fue vacunada, la vacuna no fue efectiva o, si no existe vacuna, que no ha pasado la enfermedad.

Por lo tanto, todas las mujeres en edad reproductiva deberían planificar sus embarazos empezando por comprobar si tienen defensas contra las infecciones más frecuentes, por ejemplo, la rubéola, la varicela, la toxoplasmosis…

¿Y si no estoy vacunada?

Si te embarazas y no estás inmunizada, debes evitar el contacto con personas infectadas. Hay infecciones difíciles de distinguir, como una rubéola de una roséola, por lo cual, ante cualquier proximidad de alguien con un brote que carezca de un origen claro, debes distanciarte. El embarazo no es el momento para vacunarte.

Referencias

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